Situado en una casa solariega de 500 metros cuadrados, con dos plantas y dos patios, en la ciudad de Palma del Río, Córdoba, este museo acoge la importante trayectoria profesional de la arrolladora y controvertida figura del toreo D. Manuel Benítez Pérez “El Cordobés” enmarcándolo en la historia de la ciudad que lo vio nacer, muy unida también al mundo del toro.
Abierta al público desde el año 2015, el museo recoge la historia de lucha y superación, desde sus comienzos hasta su encumbramiento como una de las figuras más importantes del toreo, Manuel Benítez Pérez “El Cordobés” y encumbrado a los anales de la historia en vida al ser nombrado en 2012 quinto Califa del Toreo por el Ayuntamiento de Córdoba en respuesta a la petición de asociaciones y colectivos de la provincia de Córdoba. Una lucha constante en la que el diestro ha tenido la suerte de salir siempre triunfador, pero no porque no haya recibido golpes, cogidas y cornadas; sino porque siempre se ha levantado y se ha vuelto a enfrentar a su rival, tanto en los ruedos como en la vida, con tesón, constancia y determinación.
Ideales de lucha y superación en una España de postguerra que el diestro traslado a las plazas de toros de toda España en su particular forma de entender el toreo y que fueron fundamentales en su éxito como torero y como figura mediática en la que muchos españoles vieron reflejadas sus esperanzas de salir adelante con trabajo, constancia y esfuerzo. Una figura de tal fuerza que no solo arrastro tras de sí al pueblo sino que inspiró a escritores y artistas de la época.
La Casa Museo de Manuel Benítez “El Cordobés” se constituye como un espacio divulgativo y de ocio donde el visitante disfrutará, sin duda, de las emociones y recuerdos de una España perdida en el tiempo. El pasado unido a nuestro tiempo a través de una figura única y poderosa como es Manuel Benítez Pérez “El Cordobés”
Acércate al hombre, conoce al torero, enamórate del mito
El museo acoge una nutrida exposición de cartelería taurina cordobesa, trajes de luces pertenecientes al maestro, entradas, portadas de revistas, infografías y hasta una maqueta de su famosa avioneta. Todos estos elementos forman parte de los contenidos del museo que narran la vida del diestro desde sus humildes inicios hasta la creación del mito y su posterior legado. Medios audiovisuales, audioguía y paneles explicativos hacen aún más enriquecedora la visita.
La Casa Museo de El Cordobés tiene además una parte dedicada al mundo del toro y las ganaderías de Palma del Río y a otras figuras palmeñas del toreo, como Julio Fuillerat García “Palmeño”, Manuel Fuillerat Nieto, Pedrín Benjumea, Vicente Linares y Antonio Ruiz Cabrera “El Barquillero”. También recoge referencias a numerosos novilleros de Palma del Río que, aunque no llegaron a tomar la alternativa, reflejan la amplia tradición taurina del municipio.
La Casa Museo de El Cordobés se puede visitar de lunes a viernes en horario de 10.00 a 14.00 horas.
Ni muerto voy a ver semejante desfalco de dinero publico en promocionar a un señor que en su vida lo único que ha hecho es torturar toros.Menudo defensor de las libertades , con hijos no reconocidos, con defraude a Hacienda, no lo hemos visto defendiendo a los pobres de la tierra, ni los derechos de los oprimidos y mucho menos luchar contra un mejor trato a los animales.Almenara y cuadrilla habeis gastado el dinero del pueblo en gilipolleces.
Querido RAFAÉ, tu ves mucha televisión. Palma fué situada en el mapa por todo el mundo gracias a ese torturador, y no por sus fabulosas naranjas, o por el Cardenal Portocarrero, o por los exponsales del Gran Capitán, por ejemplo. Ese torturador, cuando el mundo del toreo estaba muy de capa caída, llenaba las plazas de gente que despotricaba mucho de su estilo, pero que en realidad iba a ver si lo mataba un toro. Por cierto, te gustarán los flamenquines, el rabo de toro, las gambas, las ensaladas… pues para que tu satisfagas tu gula, o simplemente sobrevivas, ellos tienen que morir. Acaso hay diferencia entre una langosta recien sacada viva de su acuario, echada sobre una plancha partida por la mitad para tu deleite y la muerte de un toro. Hay diferencia entre esa ostra viva, a la que le echas limón para que se retuerza, y que engulles ávidamente y la muerte de toro. Podríamos seguir con el jamón y la cerveza, hay que empezar por matar al cerdo y por segar cebada y lúpulo. ¿Acaso crees que las plantas no sufren? Hay estudios que demuestran, por ejemplo, que cuando te acercas a un ficus, éste siente pánico. Por cierto no soy taurino, solo me gusta el toreo de capote, por su estética, y los recortadores. Si no te gustan los toros o las ensaladas, simplemente déjalos de lado. El mercado se regula solo. Saludos de un palmeño.
Oye Rafaé. Dices “un señor que en su vida lo único que ha hecho es torturar toros”.
Torturar es abusar y hacer sentir dolor a una persona incapaz de defenderse, atada a una silla sufriendo mientras es martirizada. Eso que hacen en Venezuela los patrocinadores de Unidos Podemas (¿o era Unidas Pidemás?) con los que osan pensar de forma distinta a ellos.
Un toro es una fiera agresiva que ataca a todo lo que se mueva (aunque quizá así no fueran todos los que mató Benítez; recordar a Miguelín), no un ser indefenso.
Decir que a un toro se le tortura es denigrar a los valientes opositores que se oponen a dictaduras sanguinarias, como la de Chávez/Maduro/Iglesias y que son, de verdad, torturados.