Del 13 de diciembre de 2012 al 10 de febrero de 2013.
Los orígenes de la modernidad van unidos, indefectiblemente, al desarrollo tecnológico. Uno y otra son dos caras de una idea, la de progreso, que fragua en el seno de un nuevo marco social; el de la burguesía industrial y la clase obrera urbana. Todas estas variables: industria, tecnología, burguesía y vida urbana, se reúnen en la conformación de un imaginario inédito para el nuevo siglo, el XX, que está a punto de alumbrar.
La fotografía, y más tarde el cine, se ocupan desde el principio en poner rostro al progreso y en fijar ese nuevo universo de formas, materiales y paisajes. Su condición portátil y relativamente asequible, hace que vaya asociada desde el principio al amateurismo. Lo que, a su vez, deriva en la emergencia de colecciones particulares que, sin ánimo taxonómico, documentan y se admiran de este nuevo mundo.
En Córdoba, dado el retraso de su desarrollo industrial y la pervivencia de sistemas pre-modernos de explotación agro-ganadera, el progreso llega con cuentagotas.
Ocurre que lo tradicional, reconducido ahora a la categoría de folclore y exotismo, convive con la era de la máquina de un modo tan singular como contradictorio. A consecuencia de ello, los escasos fotógrafos aficionados que se constatan, y que a su vez viven ellos mismos en esta dualidad progreso-tradición, nos ofrecen una imagen de Córdoba llena de contrastes. Tal es el caso de la colección fotográfica del industrial José Sanchez Muñoz (Córdoba, 1845-1919), que en colaboración con Fundación Cajasur, de cuyo Archivo Histórico proceden los fondos, se presenta en la Sala de exposiciones Vimcorsa.
La afición a la fotografía de José Sanchez Muñoz se expresa en dos líneas principales: por un lado, la realización de fotografías como autor y, por el otro, la adquisición o encargo de trabajos a los fotógrafos más afamados del momento como Tomás Molina o Señán. Ambas líneas convergen en una colección sumamente interesante tanto por su valor testimonial, como etnográfico y social. Documentan, estas imágenes, la Córdoba de una época convulsa e inocente, a la vez.
Las escenas de alta burguesía y su estilo acomodado conviven en la Colección Sánchez, con escenas urbanas, temas sociales y fragmentos de vida ganadera. Todo ello compone un mosaico fascinante, y nunca antes presentado al público, de una época y una ciudad que, poco a poco, se iluminaban con las luces del progreso.
Sobre José Sánchez Muñoz
Nacido en Córdoba, en 1845, e hijo del afamado industrial José Sánchez Peña, quien introdujo en Córdoba la máquina de vapor para su negocio de sombrerería, José Sánchez Muñoz representa un magnífico ejemplo del interés que la burguesía acomodada local comenzaba a tomar por la fotografía a finales del siglo XIX.
Formado, como su padre, en el Liceo francés y habituado a viajar por Europa, este industrial quedó seducido por la fotografía desde la infancia. Sin embargo, no es hasta su regreso a Córdoba en 1869, después de culminar sus estudios de empresariales en París y Londres, que irrumpe con fuerza en este medio a través de una técnica original, la estereoscópica, de la que es verdadero, y prolijo, pionero en la ciudad.